Samuel Ramírez: disciplina, orgullo y sueños en el ring

Desde hace cuatro años, Samuel Ramírez forma parte del Colegio Boston Bilingüe, donde ha destacado no solo por su dedicación académica en el área de Computación, sino también por su constancia como deportista. Originario de El Salvador, Samuel encontró en Guatemala un segundo hogar, y en el boxeo, una pasión que lo llevó a convertirse en atleta federado de su país. Todo comenzó por una inspiración familiar: “Luego de ver que mi hermana empezó a practicar boxeo por temas de salud, pensé que yo también podía intentarlo. Nunca imaginé que llegaría tan lejos”, comparte.

Hoy, Samuel suma ya cuatro combates oficiales, tres de ellos de exhibición, con dos victorias por decisión unánime y una por knockout en el primer round. Sin embargo, el combate que más lo ha marcado fue su primera pelea federada, llevada a cabo en la Plaza Central del Centro Histórico de San Salvador, un escenario que, como él lo describe, fue único y emotivo. Aunque perdió por decisión tras tres rounds, lo considera un triunfo personal: enfrentó a un rival con más de tres años de experiencia y demostró que con esfuerzo y disciplina se puede acortar cualquier distancia.

“En esta pelea sentí nervios, cuando me anunciaron, cuando caminé al ring, pero estando en mi esquina todo desapareció. No podía escuchar nada, solo los golpes que lanzaba. La concentración es clave, y creo que eso me ayudó a ganar el primer round”, relata Samuel con una madurez que refleja su crecimiento como atleta. A pesar de la derrota, su actitud es firme: no se detiene. La experiencia lo impulsa a seguir perfeccionando su técnica y a no bajar la guardia ante los desafíos que vienen.

Su ídolo en el mundo del boxeo es el campeón mundial Gervonta Davis. Lo admira por su estilo y trayectoria, pero más allá de las figuras internacionales, Samuel mira hacia el futuro con metas claras: ganar el campeonato nacional de El Salvador y representar a su país en competencias de alto nivel. “Quiero darle a El Salvador su primera medalla olímpica”, afirma con convicción. Para él, el boxeo no es solo un deporte, es una plataforma para inspirar y dejar huella.

Desde el Colegio Boston Bilingüe celebramos a Samuel como un ejemplo de liderazgo, constancia y visión. Nos llena de orgullo contar con estudiantes que construyen sus sueños con esfuerzo y humildad. Su historia es un recordatorio de que las grandes metas comienzan con pequeños pasos… y, en su caso, con un primer golpe bien dado.